miércoles, 16 de enero de 2008


Prosiguiendo...


El gerundio es bueno si se tiene conciencia de lo que éste significa. He estado pensando en la Eternidad, al grado de creer a ratos que estoy demasiado absorbida por esta realidad.

Como ya he escrito he abierto mi mente a la verdad de la Palabra, y eso ha hecho que me desagrade hasta cirto punto lo mundanal.

No quiero con esto declararme una chica mística, pero sí debo confesar que al pensar en el misterio de la revelación de Dios y en la Vida eterna, logro entender a Sta. Teresa cuando decía "muero porque no muero".

Cuando se llega a ver a Dios como un ser infinito en amor y lleno de Verdad las cosas cambian. Yo he aprendido a esperar en su justicia, la que sólo puedo entender como el amor más puro e inmerecido al que puedo acceder.

Quiero tantas cosas, pero a la vez las deshecho, esto sólo cuando miró más allá del horizonte, cuando miro los cielos esplendorosos que ocultan la gloria inaccesible a mi condición terrena.

Soy joven, aún...jajajaja, y a ratos, o, la mayoría de las veces, flaqueo, pero he aprendido que aún estas instancias son perfecta para acceder a lo que es más grande: Dios mismo.

No pretendo con este escrito confundir a nadie, pero quiero decir que por mucho tiempo he estado engañada por mis pasiones, las que sólo me frustraban, amargando mi presente y ,de paso, anulando o desmoronando mis proyecciones.

Soy parte de una generación inconformista, llena de estereotipos físicos , morales y éticos que ni siquiera se autosatisfacen. Pertenezco a una era donde las convicciones son sólo temporales y llenas de arrogancia. Donde sólo hay espacio para el exitismo y no para la derrota (nadie es capaz de reconocer el fracaso...ya no se usa)

Lo anecdótico de esta situación es que precisamente en mis fracasos he visto a Dios Cuando nadie me ama, he visto a Dios. Cuando no hay argumentos, El se hace más grande. No quiero decir que Dios sea un ser que ame el fracaso o la oscuridad, sino más bien me llama la atención que han sido las instancias en que he sacado mis ojos de mi ombligo y he tenido que reconocer mi dependencia.

Mi testimonio está estampado en este blogg, comencé escribiendo en el momento más oscuro de mi vida, en medio de una depresión en la que nadie pudo hacer nada porque mi autosuficiencia no me abandonaba. Fui tan arrogante, tan soberbia, pero Dios en su amor se presentó para dialogar con honestidad. Desde entonces que lo amo, que lo necesito, que muero porque no estoy con Él. Desde entonces que sonrío y acallo mi corazón lleno de egoísmo para declarar y revisar su verdad en mi mente. Entonó la Verdad de su Palbra, de sus Promesa. Digo "entono" porque es como un cántico de verdad de Dios que silencia esos quiero...quiero..quiero..esa estúpida actitud de ser una niña mimada que llora cada vez que Él me dice No.

Cuando acallo mi corazón y miró al cielo, me lleno de Verdad, de Paz, de Gozo. Miro lo mundano, el tiempo y el espacio que me rodea como nada, y sólo anhelo respirar eternidad como la antesala del real encuentro con el creador.

Por eso me gusta el gerudio: Prosigo...Prosigo al supremo llamamiento. ..quiero (utilizo en verbo egoísta confiando en la respuesta certera de mi padre) Quiero estar contigo! Mientras tanto, prosigo.

No hay comentarios.: