lunes, 2 de junio de 2008




Ruge!, ruge!
para que mis penas se vayan
y mi humanidad se doblegue a lo Sublime,
a lo Perfecto.
Ruge, para que los pájaros de la duda
emprendan el vuelo,
y dejen mi alma libre
del engaño de lo finito
que asfixia, que destruye.
Crea en mí, Oh Dios,
la esperanza de Vida,
de la Vida que se Vive,
de la Vida que no muere.
porque en Ti todo es eterno.-
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Magdalena, a puertas de la primavera del 2005