sábado, 26 de abril de 2008


Pero yo sé en quién he creído!
La frase anterior resonó tan fuerte dentro de mí. Estaba tan dispuesta a salir que, incluso, hasta ahora sigue resonando.

...Estábamos ahí, dialogando, mirándonos, sin caretas. Yo escuchaba su monólogo sincero, pero lleno de engaño. Me dolía tanto escuchar...mi corazón se desgarraba. Yo escuchaba, y en ocasiones interrumpía, pero no me escuchaba.
Fue extraño todo. Tenía tanta pena por lo que escuchaba.Paulatinamente la rabia comenzó a aflorar. Fue entonces que decidí hablar, ya no podía ser conciliadora, mi amor no me permitió dejar que siguiera autodestruyéndose. ¡Para!-le dije-No te autodestruyas más. Con su actitud egocéntrica y autodestructiva nos estaba arrastrando a todos, a todos los que la amamos.
Prontamente, mientras yo le hablaba de la verdad, me interrumpió. "Es que tú no me entiendes"-me dijo. "Tú no has pasado por lo que yo he pasado. Nunca me vas a entender. Yo fui la que sufrí. Yo soy la única que sé lo que es estar en esa circunstancia difícil". Fue tan sorpresivo. Aunque nadie lo crea, esa frase me llevó al pasado. Me vi con varios kilos menos, en una habitación oscura y fría. Me ví. Esa simple frase en los labios de ella, me llevó al pasado. Yo también la utilicé. Yo también fuí arrogante, sorda, pecadora. Nadie se ponía en mis zapatos. Nadie sabía lo que yo sufría...La escena se mezcló, las escenas se mezclaron(Dios mío, no podía callar. No podía dejarla allí)
No recuerdo como fue, sólo sé que identifiqué los síntomas y yo tenía la respuesta. La miré fijamente, hablé con decisión y firmeza: Yo no sé qué se siente estar en tus zapatos. Yo no sé! y ni siquiera sé si lo sabré.Pero una cosa sé -y qué bien lo sé- SÉ EN QUIÉN HE CREÍDO...¡Sé en quién he creido!, y eso basta".
Me miré en el presente, en mi presente. Yo estaba frente a ella y eso me bastaba. Yo estaba ahí, entera, sustentada por el amor eterno del Padre. La frase resonaba dentro de mí: "Sé en quién he creido". La frase chocaba en mi mundo interno. Era un eco que sonaba cada vez más fuerte, que llenaba de colores, aromas y sabores todos los rincones de mi existencia. Sentí paz. Su actitud cambió. Fue su paz. Fue su obra.

1 comentario:

Omar Audicio dijo...

holaaaaa magda

¿cómo estás? tanto tiempo....ya ni me pescas, ni un saludito, ni un comentario, snif.

te invito a cualquiera de mis páginas......aunque sea una palabra, una línea! para saber de tí!!!!!

bendiciones
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