sábado, 25 de marzo de 2006





Me miré en el espejo, y no me gustó lo que vi. Estoy aquí, estancada con un por qué.
No es difícil llegar a él, pero sí convivir con él.

Estoy aquí, parada, mirando mi presente y no encuentro respuesta. Reconozco que no me agobia, pero me inquieta no saber cúal es la causa, el orígen.

Me he separado de todo, de todos, pero no le encuentro sentido. Aún no!

Cómo muchas veces lo he dicho, mi vida- hasta hace poco- sólo se ha formado en función de otros. Por lo menos eso fue lo que siempre recibí como comentario de los que decían quererme. Pero no le di importancia hasta que un hombre desconocido me lo refregó en la cara y creo que, desde entonces, ya no sé lo que es el otro.

Hace unos días salí con un chico excepcional, quizá el sueño de cualquier mujer cristiana en búsqueda del príncipe azul, pero me dí cuenta que no sabía qué era, quién era yo ahora!...mi cabeza se saturó y se llenó con las contradicciones. "Ser", "haber sido", el futuro!...ufff qué dolor de cabeza!

Es extraño estar como estoy ahora. De ser la animal social, a ser un ermitaña confesa...

Estoy perdida frente al reflejo de este espejo, perdida...No logro verme.

Un, dos, tres...respiro profundo, pero no pasa nada. La sensación de, Nada? me acompaña.
No es tristeza lo que siento, pero tampoco es alegría...o quizá sea una mezcla de ambas, de veras, no lo sé!

Cierro los ojos para pensar con más clarida pero no, no hay nada de nuevo.

Señor, tú que todo lo sabes todo, dirígeme!

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